Alzira, 12 de marzo de 2019.- La dirección del Hospital de La Ribera se des- morona. “Es una auténtica desbandada”, aseguran los más próximos. Hace una semana fue la gerente, Isabel González, quien anunció su jubilación. Aho- ra es el director de Enfermería y ex comisionado, Boro Llopis, quien por sor- presa, ya ha comunicado que no continuará en su puesto al acabar el mes de marzo. Ambas dimisiones se producen cuando está a punto de cumplirse un año de la reversión del Hospital de La Ribera y su paso a la gestión pública con muy malos resultados. Se desmonta, por tanto, la dirección del departa- mento de salud de La Ribera en el primer aniversario de la decisión más con- trovertida del Gobierno valenciano, y al tiempo regresan algunos de los direc- tivos que fueron despedidos improcedentemente el primer día de reversión, tras ganar los juicios correspondientes que ya han costado más de 350.000 €en indemnizaciones a las arcas públicas.
Para SanitatSolsUna, la salida de varios altos cargos de la dirección del hospi- tal y del departamento “confirma el fracaso de la reversión, la precipitación en la toma de decisiones por parte de la ex consellera Carmen Montón y su equipo y el grave error del Gobierno valenciano al no poner freno a un proce- so que en el propio núcleo del President Ximo Puig auguraban muy problemá- tico”. “Muchos sabían que era una decisión política, sin datos objetivos que confirmaran su idoneidad, y aun así no quisieron o no pudieron frenar el desastre”.
Y tras un año de gestión pública directa se confirman esos pronósticos, añade la asociación: se han contratado 500 personas más para aumentar las listas de espera, desviar miles de pacientes a clínicas privadas (o barracones sanitarios en forma de camión) para la realización de pruebas que antes se hacían en el hospital; se compra mucho más caro el mismo material sanitario; se crean unidades tercermundistas con un único baño para 26 pacientes, y el descon-
tento es generalizado entre pacientes y profesionales. “Hace tres meses todos los sindicatos se unieron, por primera vez en la historia de este hospital, en una protesta conjunta para denunciar el acoso y el empeoramiento de las condiciones de trabajo de los profesionales. Y en breve tendrán que afrontar la negociación del próximo convenio colectivo, que se prevé complicada, puesto que el actual convenio contempla salarios más altos y condiciones más ventajosas para los laborales o “personal a extinguir” (trabajadores proceden- tes de la antigua concesionaria) que para los estatutarios (empleados públi- cos).
Mal reparto en el teatro de la reversión
Desde la asociación que defiende la excelencia en la asistencia sanitaria, in- dependientemente del modelo de gestión, esta desbandada de altos cargos del departamento tiene una lectura: la Conselleria sabía que iba a fracasar y conscientemente propuso para muchos puestos clave a personas a quienes no importaba ya quemarse, profesionalmente hablando. “Un año de sufrimiento en La Ribera y a casa”.
Sin embargo, dentro del hospital son mayoría quienes no han sido conscientes hasta ahora de lo que consideran un engaño: “Ha sido el teatro de la rever- sión, con un reparto nefasto y muy mal representada”, aseguran. “Debimos cuenta de que las cosas se estaban haciendo mal desde el principio, cuando a los dos meses dimitió la primera responsable económica y poco después un responsable de compras, la ex directora de atención primaria y otros miem- bros de la dirección del departamento y de los centros de atención primaria”. Y apuntan: “Vamos a ver ahora cómo compaginan las salidas de estos figuran- tes fracasados y la readmisión de los despedidos de manera improcedente, con sentencia judicial, que están volviendo en tropel al departamento”.