Noticia publicada en Las Provincias el 17/11/19.
El 14 de septiembre de 2018, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, firmó un pacto con los sindicatos en el que se comprometía a «iniciar la tramitación correspondiente para que los puntos de atención continuada sean atendidos con vehículo y conductor», tal y como reza el documento suscrito para paliar los problemas que estaba ocasionando la finalización del contrato con las ambulancias que, hasta ese momento, prestaban el servicio. Un año después los turismos al fin empiezan a llegar a estos centros sanitarios, pero tendrán que ser los propios profesionales -enfermeros y médicos, principalmente- los que tengan que conducirlos, lo que ha puesto en pie de guerra al personal sanitario. Tanto que el Sindicato Médico CESM-CV ha denunciado el caso ante la Inspección de Trabajo -«por las irregularidades y el abuso de Sanidad»-, mientras que los servicios jurídicos de CSIF estudian emprender acciones legales contra esta medida.
Así, desde el Sindicato Médico recordaron ayer que, para aprobar la oposición pertinente o estar inscrito en la Bolsa de Trabajo, «tan sólo se requiere el título de la categoría profesional y no el carnet de conducir» y lamentaron que, de manera verbal, «cuasi-coactivamente, se intima a los médicos utilizar estos vehículos personalmente, y sin contar con su voluntad». «Ellos no tienen ninguna obligación de conducir ni el vehículo de la Administración, y mucho menos el propio, para el desarrollo de su trabajo. Es la Administración la que debe dotar de los medios materiales y humanos para la prestación del servicio sanitarioal que tienen derecho los ciudadanos», según recoge la denuncia interpuesta.
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