Cuando se cumple un año de la reversión del Hospital de la Ribera a la red sanitaria pública existen dos realidades. Por un lado, desde Sanidad se mantiene que ahora el centro va mejor. El sábado el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, aseguraba que el hospital, durante este año ha progresado en la prestación del servicio con un aumento del 5% en operaciones y un incremento de la plantilla en 466 profesionales.
Sin embargo, las estadísticas asistenciales reflejan otro panorama. Los dos últimos informes elaborados por el equipo de la consellera Ana Barceló, a los que ha tenido acceso este diario, revelan que con la gestión pública las operaciones de prótesis de cadera y de rodilla están atascadas, hay colapso para atender a pacientes con patologías del hombro (200% más en 2018) y en los centros de especialidades de La Ribera esperan entre uno y tres meses para una consulta.
En los informes emitidos por la Conselleria de Sanidad el pasado mes de marzo se demuestra que la decisión de reversión y las consecuencias para los pacientes y los ciudadanos de La Ribera no ha ido como se esperaba.
Los enfermos que esperan una cirugía más de tres meses han aumentado un 1.000% de media en sólo un año. En la tabla Porcentaje de pacientes con demora total quirúrgica mayor de 180 días aparece que, entre 2017 y 2018, el porcentaje de estos pacientes ha aumentado un 1.019,12%. En esa misma tabla se detectan también problemas en Cirugía Ortopédica de Trauma y en Cirugía de Ginecología.
Esta situación se produce además con una plantilla que ha crecido en 644 personas hasta noviembre, un 31% en sólo siete meses y medio tras la reversión, según consta en otro informe de la Conselleria de Sanidad. Cuando la concesionaria que gestionaba el Hospital de La Ribera dejó de prestar el servicio había 2.050 trabajadores y a 15 de noviembre de 2018 había 2.694 empleados. Diversas fuentes consultadas confirman que, a día de hoy, la plantilla es aún mayor.
SERVICIOS COLAPSADOS EN TRAUMATOLOGÍA
Otros datos significativos recogidos por Sanidad sobre el Hospital de la Ribera arrojan que los servicios de Traumatología y Ortopedia están colapsados, hay un 2.000% más de operaciones de prótesis de cadera y rodilla que se demoran más de 180 días, cuando hace un año no había ningún paciente que esperara ese tiempo. Además, quienes esperan para que les vea un especialista por una patología de hombro han aumentado un 200% en sólo 12 meses.
En Ginecología se vive un caso similar, porque las pacientes sufren una demora de 180 días para ser operadas. En sólo un año desde la reversión han aumentado un 20,83%. Es decir, casi la cuarta parte de las mujeres que necesitan ser operadas de una dolencia ginecológica deben esperar más de tres meses.
Pero en general, todas las listas de espera quirúrgicas han empeorado. Aunque no lleguen a esperar 180 días, las demoras en Otorrinolaringología han aumentado un 41,06%, pasando de 43 a 61 días; en Cirugía Pediátrica sube un 30,55%, de 42 a 55 días y en Neurología un 14,75%, pasando de 61 a 70 días.
La actividad en consultas se reduce en el Hospital de La Ribera y en casi todos los centros de salud del departamento. En el hospital baja un 3% y centros de Primaria como los de Carlet y Cullera un 16% y un 11% respectivamente, según aparece en la tabla comparativa de primeras consultas 2017-2018 que figura en el informe citado.
Por tanto, los problemas, según reflejan los datos reconocidos por la propia Conselleria de Sanidad, no se circunscriben sólo al Hospital de La Ribera. También la Atención Primaria del departamento de salud de La Ribera se ha visto afectada, y los centros de salud y de especialidades de La Ribera sufren las consecuencias de la reversión: Los pacientes que tienen que ser atendidos por un especialista esperan casi un mes para una consulta. La media en Sueca, por ejemplo, es de 29 días y en Alzira II, de 27 días.
Para ver a un ginecólogo en consulta en el Hospital de la Ribera la espera media es de 144 días; y para ser atendido por un neurólogo en Sueca, un paciente tiene que esperar casi tres meses (175 días).
101% DE OCUPACIÓN
Otro dato que demuestra cierto descontrol en la gestión del Hospital de La Ribera tras un año de la reversión es el índice de ocupación del centro. Se sitúa en el 101%, es decir, un 1% por encima del límite, lo que quiere decir que en el día a día el hospital está lleno. Esta saturación supone que, a poco que haya más pacientes que acudan al hospital (en picos como la gripe) el centro tiende a desbordarse. Como prueban las imágenes de este invierno, en las que se mostraban pacientes en los pasillos o habitaciones que eran individuales y en las que tuvieron que duplicarse y hasta triplicarse camas.
El problema, explican fuentes conocedoras del centro, es «un problema de organización, eficiencia y eficacia». Antes de la reversión, el índice de ocupación era del 98%, para dejar siempre un pequeño margen que permitiera «absorber» pacientes en épocas con picos de ingresos o asistencias en Urgencias.
Independientemente de los datos que aparecen en los informes de Sanidad a los que ha accedido EL MUNDO sobre la actividad en el departamento de Salud de La Ribera tras la reversión, existen otros problemas que se ha encontrado la Administración pública como consecuencia de la decisión de asumir la gestión sanitaria de La Ribera. Entre estos desajustes se hallan los retrasos en el pago de las extras y los incentivos son habituales -hasta nueve meses han tenido que esperar-, los MIR han denunciado también retrasos en el abono de las guardias y el comité de empresa ha denunciado en varias ocasiones presiones a los trabajadores para el cambio de horarios y planillas, casos de acoso y traslados forzosos.
Se debe recordar que, por primera vez, todos los sindicatos acordaron una movilización «contra los incumplimientos de la Conselleria de Sanidad» el pasado mes de diciembre y nadie se atreve a vaticinar un buen acuerdo en la negociación del próximo convenio colectivo. Saben que es imposible que la Administración mejore las condiciones salariales y las ventajas sociales para los trabajadores de La Ribera (medidas para la conciliación familiar o facilidades para la investigación y la publicación de estudios).
Durante este año se ha evidenciado un aumento en el gasto público que, según diferentes fuentes, podría superar los 50 millones de euros más sólo en el departamento de La Ribera. La Sindicatura de Cuentas ya ha valorado en tres informes que el ahorro de las concesiones ronda los 45 millones.
En el caso de La Ribera, la escasa de planificación de la reversión y el retraso en la convocatoria de concursos ha hecho, por ejemplo, que a día de hoy se compre material sanitario y algunos medicamentos hasta un 70% más caro que lo que lo hacía la anterior concesionaria, tal y como publicó este diario. Si además se tiene en cuenta el aumento de un 31% de la plantilla -o más, porque el último dato oficial sobre el personal es a 15 de noviembre-, posiblemente se superen los 50 millones de coste más.
Las quejas tras la reversión se han hecho extensivas también a los problemas de mantenimiento de las instalaciones y también al aparcamiento.
Alzira, 25 de marzo de 2019.- Tan sólo tres meses ha estado en funciona- miento la Unidad de Pre-Ingresos del Hospital de La Ribera. “Ha sido un abso- luto fracaso, una muestra más de la improvisación y la gestión a golpe de ocu- rrencia que se viene llevando a cabo desde el primer día de la reversión a la gestión directa del Hospital de La Ribera por parte de la Conselleria de Sani- dad”, denuncian desde SanitatSolsUna.
Esta asociación ya hizo públicas en diciembre las numerosas quejas que llega- ban de los pacientes y sus familiares, cuando se llevaron a cabo las obras para la adecuación de este espacio, eliminado consultas de la primera planta y es- pacio de las zonas de espera. Y todo, según se denunció, porque la gestión de camas en las Urgencias es deficiente y se pretende crear un espacio “inter- medio” entre las Urgencias y la hospitalización. De esta forma, se intentaba paliar el colapso de las Urgencias, pero sin una hospitalización “completa”.
Sin embargo, la fórmula, como se avanzó, ha salido mal. Inmediatamente después de su puesta en marcha, comenzaron a llegar de nuevo quejas de pa- cientes que estaban en esta Unidad de Pre-Ingresos. Un baño para 26 enfer- mos y sus respectivos acompañantes, mobiliario viejo, sillas sin apoya-brazos para acompañantes que hacen noche y un largo etcétera generaron una situa- ción insostenible para los profesionales, que intentaban seguir haciendo su trabajo en unas condiciones “muy difíciles” según reconocían.
Es por eso que, después de tres meses de quejas continuadas y prácticamente desde la apertura de esta unidad, la dirección del Hospital de La Ribera ha decidido cerrarla para “replantear” el espacio. Para SanitatSolsUna, “el pro- blema que es que se ha invertido tiempo y dinero en unas obras que, tres me- ses después se ha demostrado que no han servido para nada”. Además, aña- den, “se han generado molestias a los pacientes y a los profesionales total- mente innecesarias”. En conclusión: “Un nuevo desastre de la reversión”.
Alzira, 12 de marzo de 2019.- La dirección del Hospital de La Ribera se des- morona. “Es una auténtica desbandada”, aseguran los más próximos. Hace una semana fue la gerente, Isabel González, quien anunció su jubilación. Aho- ra es el director de Enfermería y ex comisionado, Boro Llopis, quien por sor- presa, ya ha comunicado que no continuará en su puesto al acabar el mes de marzo. Ambas dimisiones se producen cuando está a punto de cumplirse un año de la reversión del Hospital de La Ribera y su paso a la gestión pública con muy malos resultados. Se desmonta, por tanto, la dirección del departa- mento de salud de La Ribera en el primer aniversario de la decisión más con- trovertida del Gobierno valenciano, y al tiempo regresan algunos de los direc- tivos que fueron despedidos improcedentemente el primer día de reversión, tras ganar los juicios correspondientes que ya han costado más de 350.000 €en indemnizaciones a las arcas públicas.
Para SanitatSolsUna, la salida de varios altos cargos de la dirección del hospi- tal y del departamento “confirma el fracaso de la reversión, la precipitación en la toma de decisiones por parte de la ex consellera Carmen Montón y su equipo y el grave error del Gobierno valenciano al no poner freno a un proce- so que en el propio núcleo del President Ximo Puig auguraban muy problemá- tico”. “Muchos sabían que era una decisión política, sin datos objetivos que confirmaran su idoneidad, y aun así no quisieron o no pudieron frenar el desastre”.
Y tras un año de gestión pública directa se confirman esos pronósticos, añade la asociación: se han contratado 500 personas más para aumentar las listas de espera, desviar miles de pacientes a clínicas privadas (o barracones sanitarios en forma de camión) para la realización de pruebas que antes se hacían en el hospital; se compra mucho más caro el mismo material sanitario; se crean unidades tercermundistas con un único baño para 26 pacientes, y el descon-
tento es generalizado entre pacientes y profesionales. “Hace tres meses todos los sindicatos se unieron, por primera vez en la historia de este hospital, en una protesta conjunta para denunciar el acoso y el empeoramiento de las condiciones de trabajo de los profesionales. Y en breve tendrán que afrontar la negociación del próximo convenio colectivo, que se prevé complicada, puesto que el actual convenio contempla salarios más altos y condiciones más ventajosas para los laborales o “personal a extinguir” (trabajadores proceden- tes de la antigua concesionaria) que para los estatutarios (empleados públi- cos).
Mal reparto en el teatro de la reversión
Desde la asociación que defiende la excelencia en la asistencia sanitaria, in- dependientemente del modelo de gestión, esta desbandada de altos cargos del departamento tiene una lectura: la Conselleria sabía que iba a fracasar y conscientemente propuso para muchos puestos clave a personas a quienes no importaba ya quemarse, profesionalmente hablando. “Un año de sufrimiento en La Ribera y a casa”.
Sin embargo, dentro del hospital son mayoría quienes no han sido conscientes hasta ahora de lo que consideran un engaño: “Ha sido el teatro de la rever- sión, con un reparto nefasto y muy mal representada”, aseguran. “Debimos cuenta de que las cosas se estaban haciendo mal desde el principio, cuando a los dos meses dimitió la primera responsable económica y poco después un responsable de compras, la ex directora de atención primaria y otros miem- bros de la dirección del departamento y de los centros de atención primaria”. Y apuntan: “Vamos a ver ahora cómo compaginan las salidas de estos figuran- tes fracasados y la readmisión de los despedidos de manera improcedente, con sentencia judicial, que están volviendo en tropel al departamento”.
(A continuación reproducimos una carta que llegó a SanitatSolsUna la semana pasada, pidiéndonos su difusión)
Queridos compañeros y compañeras:
Ningún trabajo es perfecto, como ninguna familia es perfecta. Pero hay entornos laborales que por una mágica combinación de factores, se convierten en un hogar. Hace mucho tener buenos compañeros, jefes firmes pero humanos y una misión gratificante. Pero cuando a eso le sumas unos valores compartidos, una filosofía de trabajo riguroso, una voluntad firme de ayudar a los demás, de poner al paciente y a su familia en el centro de todo lo que hacemos, pensamos y programamos para el futuro, el resultado es un trabajo casi perfecto.
Esta filosofía es lo primero que perdimos en el Departamento de salud de La Ribera tras la reversión. Fueron pocos los que se posicionaron claramente desde el principio en contra de la reversión. A la mayoría nos daba un poco igual. Entendíamos los argumentos de la ex concesionaria, pero realmente pensábamos que con los mismos mimbres, el armazón del hospital y su corazón, todos nosotros como trabajadores, conseguiríamos mantener e incluso mejorar las cosas, si nos dejaban. Nada más lejos de la realidad. No se ha cumplido un año de la reversión y el Hospital de La Ribera se desmorona… porque la organización es desastrosa, sí, pero sobre todo, porque su esencia, que somos todos los trabajadores, nos hemos quedado sin sangre ni oxígeno; sin filosofía ni apoyos.
Primero sufrimos la incertidumbre de nuestro futuro más inmediato. Que si indefinido no fijo, que si personal a extinguir, que si vale el convenio colectivo pero luego cambiarán las condiciones, que si seguimos o nos vamos al paro. Y aún vivimos con muchas de esas incógnitas.
El mismo 1 de abril nos despertamos con el despido de toda la dirección del Hospital y de varios mandos intermedios, algunos de ellos, médicos con una reputación intachable, muy queridos por los pacientes y pioneros en tratamientos y colectivos muy sensibles. Otros, piezas clave para el funcionamiento del hospital. Muchos, personal temporal que sin embargo conocían a pies juntitas el hospital y su funcionamiento y cuyo despido nos causó un grave problema. No sé a qué genio se le ocurrió prescindir de estas personas el primer día, pero metió la pata hasta el fondo. Pero es que casi a continuación comenzaron el resto de cambios, que no hicieron sino debilitar aún más la estructura que tantos años de trabajo y esfuerzo nos había costado mantener.
Compañeros y compañeras:
Muy pronto comenzamos a sentir en nuestras carteras la consecuencia de la reversión. Empezamos a no cobrar los incentivos… un mes, dos, tres, cuatro… hasta que pasados nueve meses por fin nos los abonaron. Muchos amigos sufrieron presiones para cambiar su jornada laboral, sus condiciones de trabajo, su puesto en un centro… presiones de las de verdad, de las que se consideran acoso laboral (y por eso en varios casos se han puesto en manos de abogados). Otros tuvieron que recibir ayuda psicológica y pasar meses en sus casas intentando superar esos ataques. No entendía que intentando hacer su trabajo igual, su entorno y sus superiores les ignorasen, les quitasen trabajo o mandaran a compañeros a presionarles.
Se empezó a contratar más plantilla… pero enseguida nos dimos cuenta de que esto no solucionaba nada. Somos 500 o 600 trabajadores más pero hacemos menos que antes. Las planillas se organizan de otra forma, los turnos no son lo que eran y no hay la flexibilidad que había para contratar refuerzos y jornadas adaptadas a las necesidades del momento. En verano, vacaciones en general y estos días, con la gripe, no damos a basto. Los especialistas cada vez tiene más lista de espera y los pacientes lo pagan con quienes estamos más cerca de ellos. La tensión se palpa en el ambiente… y eso nunca es bueno en un entorno donde la sensibilidad está a flor de piel.
Denia, Torrevieja, Vinalopó, Manises:
Seguro que hay cosas que mejorar en vuestros hospitales. Seguro que en algún momento se han tomado decisiones que no compartís. Pero os garantizo que la reversión no es la solución. Pasaréis de formar parte de una gran familia a ser un número, bastante incómodo y prescinbile, para el mamotreto de la administración. Dejaréis de ser tenidos en cuenta para las decisiones, porque detrás de cada asamblea se esconde la burocracia enrevesada de la Administración, que bloquea cualquier iniciativa, sobre todo si es para cambiar a mejor. Y olvidáos de innovar, sorprender y prosperar. Estáis marcados. Hablad en privado con vuestros compañeros de La Ribera y os lo dirán. Puede que no con un altavoz, ni firmando con su nombre completo… entended que tenemos miedo a quedarnos sin lo poco que nos queda, que para la mayoría es mucho (un trabajo).
Este sistema sanitario, que nunca pone al paciente en el centro de sus decisiones ni al trabajador de la Sanidad en el eje de la solución a los problemas, intentará acabar con quienes pensamos de otra manera, con quienes queremos dejar la política fuera de la Sanidad. Porque los enfermos y sus familias quieren la mejor atención,y los profesionales queremos hacer nuestro trabajo lo mejor posible, independientemente de qué partido gobierne. Pero a nadie le importa.
No os equivoquéis, compañeros. El Hospital de La Ribera siempre ha sido Sanidad pública. Siempre. Eso es lo único que no ha cambiado tras la reversión.
Una afectada presenta una queja porque le hacían esperar un mes para “una placa de la rodilla” y tiene que desplazarse a Cullera. Asegura que “antes de la reversión, estas pruebas las hacían en dos días en el centro de salud de Alzira”
Alzira, 1 de febrero de 2019.- El centro de salud Alzira II, ubicado en la calle Hora del Frares de la capital de La Ribera, está desviando pacientes a Culllera para realizarse radiografías convencionales. Y eso, a pesar de que el centro de Alzira cuenta con dos aparatos de rayos X. El problema, según nos confirman pacientes afectados, es que no hay personal suficiente para que los dos aparatos funcionen a pleno rendimiento y la lista de espera ha pasado “de dos o tres días a un mes, desde que se produjo la reversión”.
SanitatSolsUna ha tenido acceso a una hoja de quejas presentada por una paciente a la que su médico pidió una radiografía de la rodilla. Tras informarle de que tendría que esperar un mes, con la consiguiente queja de la afectada, se le ofreció la opción de desplazarse a Cullera para realizarse esa misma prueba en los días siguientes. La paciente asegura en su escrito que “antes esto no pasaba”, al tiempo que insiste en que quiere “las pruebas en mi centro”, por las molestias que supone que alguien tenga que ayudarle a desplazarse hasta Cullera.
Esta situación está provocando tensiones y críticas no sólo entre los pacientes afectados. También el personal sanitario se queja de que sea la falta de personal la que está provocando este desvío de pacientes. “Hay dos aparatos de rayos, pero no suficiente personal por los turnos establecidos por la Conselleria”, explican. Estos aparatos realizan radiografías simples de huesos, tórax y abdomen, por ejemplo. “Nunca han tenido que esperar tanto los pacientes de Alzira, y mucho menos, han tenido que irse a otro centro para realizarse este tipo de pruebas. Nunca hasta ahora”, señalan las personas afectadas, que insisten en pedir “soluciones urgentes a la Conselleria de Sanidad”. “Si para esto querían la reversión, no hay prueba más evidente de que ha sido un auténtico fracaso”, añaden.
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