Tal y como informó SanitatSolsUna, los pacientes que nos mandan estas fotos confirman que la fracasada Unidad de Pre-ingresos que se habilitó en el Hospital de La Ribera se utiliza ahora como zona de consultas externas. Ahora los pacientes también esperan estoicamente, algo más apretados, en esta zona del hospital…
La dirección del Hospital de La Ribera intentó reducir el pasado invierno el nivel de saturación de las Urgencias de este hospital con la unidad de Pre-ingresos, que resultó un auténtico desastre porque no tenía personal asignado, había un solo baño para 26 pacientes y sus familiares y el caos organizativo en Urgencias y hospitalización no se redujo. Tras comprobarse el fracaso anunciado (y denunciado cuando se produjo), se decidió cerrar la unidad y más tarde se acordó aprovechar el espacio para otros usos.
El Hospital de La Ribera está “que se cae”. Tal ha sido la dejadez de los actuales gestores respecto al mantenimiento de las instalaciones durante este último año que en solo 12 meses tras la reversión, el centro hospitalaria de Alzira “ha envejecido el equivalente a 10 años”.
Así de contundentes se pronuncian desde la asociación SanitatSolsUna, que acompaña sus críticas de numerosas fotografías adjuntas, que les remiten continuamente usuarios del centro, donde pueden apreciarse muebles amontonados en los pasillos, camas y barandillas de aseos completamente oxidadas, paredes y techos desconchados o con trozos de la piedra rotos y hasta enchufes con cables al aire, lo que puede suponer un peligro grave para pacientes y familiares que acompañan a los enfermos al hospital.
Desde SanitatSolsUna se recuerda que “los problemas de mantenimiento se veían venir, porque es algo recurrente en muchos de los centros públicos sanitarios que adolecen de la flexibilidad y agilidad en la resolución de incidencias que permite la gestión privada. Sin ir más lejos, el diario Levante publicaba ayer que “peligran las operaciones en el Clínico de Valencia por los desperfectos en las mesas de operaciones”. Desde la asociación aseguran que “los usuarios y profesionales nos envían fotografías para denunciar el estado de abandono en el que se encuentra el hospital “y que no ocurría antes de la reversión porque ahora todo tiene que pasar por un complicado proceso burocrático y como no es algo prioritario para los actuales gestores, la consecuencia es que los problemas se acumulan y el Hospital de La Ribera empieza a parecer un hospital viejo, sucio y desordenado”. La asociación reclama a la Conselleria de Sanidad “que mantenga el hospital de La Ribera en buenas condiciones” porque “es lo que merecen profesionales y pacientes”.
Médicos, gestores y políticos conocedores del modelo de colaboración público privado participaron la semana pasada en un debate organizado por Redacción Médica sobre «el Hospital de La Ribera, un año después de la reversión». En este debate, en el que participó el presidente de SanitatSolsUna y médico, Carlos Rodrigo, quedó clara la conclusión: la colaboración público privada y el modelo concesional en Sanidad no sólo es un modelo de éxito sino que ha quedado demostrado que el paso a la gestión directa del Hospital de La Ribera no ha hecho sino empeorar la atención a los ciudadanos, con más listas de espera, aumentar el gasto y generar preocupación y confusión en los profesionales sanitarios, a quienes se deben incentivos y las pagas extras se abonan con retraso y no sabe cuáles van a ser sus condiciones de trabajo cuando se negocie el nuevo convenio colectivo, antes de que finalice el año
El próximo 1 de abril se cumple un año desde que el Departamento de Salud de La Ribera pasó a ser gestionado directamente por la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana, tras la reversión de la concesión que llevaba gestionando este hospital público casi 20 años.
Una reversión ejecutada con un criterio puramente ideológico, sin datos, sin preparación, a sabiendas de que iba a ser un fracaso y que se iba a empeorar la atención a los ciudadanos, y con gran parte de los profesionales y de usuarios del propio departamento en contra.
Como ha sido la primera vez que se ejecuta una reversión de este tipo, y además algunos partidos políticos situados en la izquierda del espectro político abogan por continuar revertiendo el resto de departamentos gestionados bajo el modelo de concesión administrativa, consideramos conveniente hacer balance de estos 12 meses de despropósito en la gestión directa del Hospital de La Ribera.
Para SanitatSolsUna, la reversión es la crónica de un estrepitoso fracaso, que además supone una estafa al conjunto de los valencianos y un grave perjuicio a los usuarios del departamento de Salud de La Ribera.
¿Por qué la reversión, es decir, el paso a la gestión directa de la Conselleria de Sanidad ha sido un fracaso?
La Ribera, a pesar de su tamaño y concepción inicial, similar a la de un hospital comarcal, era un hospital casi con características de terciario, vanguardista, innovador con una cartera de servicios, unidades y prestaciones igual e incluso superior a la de los grandes hospitales españoles. Era, además, un hospital con muchos premios TOP 20 tanto a la mejor gestión global, como al de excelencia en muchos de sus servicios durante años bajo el régimen de concesión, con multitud de distinciones y estudiado en universidades como Harvard como caso de éxito en gestión sanitaria. Todo esto se ha acabado.
Era también un hospital que ocupaba los primeros puestos en el ranking de cumplimiento de los indicadores de salud establecidos por la propia Consellería en la Comunidad. Apenas tenía listas de espera y en determinadas especialidades, pioneras y muy eficaces, era un hospital muy solicitado por pacientes de toda la Comunidad. Ya no. Han desaparecido pruebas como el diagnóstico rápido del cáncer de mama (la biopsia rápida en media hora) y las listas de espera crecen en la mayor parte de las especialidades quirúrgicas. En trauma, por ejemplo, es un auténtico drama.
También era un hospital que atraía a los mejores profesionales. El modelo de gestión, mucho más ‘libre’ que el de la Conselleria, permitía la formación vanguardista de sus profesionales, la inversión en tecnología e investigación y también, por qué no, valorar con incentivos el trabajo bien hecho y la satisfacción de los pacientes. Todos esto también ha desaparecido.
En solo un año de gestión directa por parte de la Consellería de Sanidad la lista de espera quirúrgica ha aumentado dramáticamente, con casi 15.000 pacientes que esperan más de tres meses para ser intervenidos; se desvían pacientes a clínicas privadas, algo que no había ocurrido en 18 años de gestión por parte de la anterior concesionaria; los profesionales han estado nueve meses para cobrar los incentivos; los proveedores llevan casi un año sin cobrar; se fraccionan contratos y se pagan medicamentos y material hasta un 70 por ciento más caro; y ya son más de media docena las sentencias que determinan que los despidos tras la reversión fueron improcedentes y ese personal está volviendo a sus puestos.
Porque improcedente fue la reversión en sí misma, desde su planteamiento inicial. Porque no estaba justificada con datos objetivos ni ningún tipo de análisis. Fue una decisión política, que carecía de cualquier respaldo analítico y que, además, no se preparó adecuadamente ni se ejecutó correctamente. La prueba es que hay decenas de recursos pendientes que veremos cuánto nos acaban constando a los contribuyentes.
Por desgracia, los profesionales y los pacientes de la Ribera ya lo están ‘pagando’. Los primeros con una empeoramiento en las condiciones de trabajo, empezando por los problemas para aparcar y continuando con los retrasos en los pagos de incentivos y peores condiciones de trabajo. Y los pacientes todas las consecuencias posibles de una gestión que se ha demostrado nefasta durante estos 12 meses.
El 1 de abril no tenemos nada que celebrar. Es el aniversario de un fracaso.
Cuando se cumple un año de la reversión del Hospital de la Ribera a la red sanitaria pública existen dos realidades. Por un lado, desde Sanidad se mantiene que ahora el centro va mejor. El sábado el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, aseguraba que el hospital, durante este año ha progresado en la prestación del servicio con un aumento del 5% en operaciones y un incremento de la plantilla en 466 profesionales.
Sin embargo, las estadísticas asistenciales reflejan otro panorama. Los dos últimos informes elaborados por el equipo de la consellera Ana Barceló, a los que ha tenido acceso este diario, revelan que con la gestión pública las operaciones de prótesis de cadera y de rodilla están atascadas, hay colapso para atender a pacientes con patologías del hombro (200% más en 2018) y en los centros de especialidades de La Ribera esperan entre uno y tres meses para una consulta.
En los informes emitidos por la Conselleria de Sanidad el pasado mes de marzo se demuestra que la decisión de reversión y las consecuencias para los pacientes y los ciudadanos de La Ribera no ha ido como se esperaba.
Los enfermos que esperan una cirugía más de tres meses han aumentado un 1.000% de media en sólo un año. En la tabla Porcentaje de pacientes con demora total quirúrgica mayor de 180 días aparece que, entre 2017 y 2018, el porcentaje de estos pacientes ha aumentado un 1.019,12%. En esa misma tabla se detectan también problemas en Cirugía Ortopédica de Trauma y en Cirugía de Ginecología.
Esta situación se produce además con una plantilla que ha crecido en 644 personas hasta noviembre, un 31% en sólo siete meses y medio tras la reversión, según consta en otro informe de la Conselleria de Sanidad. Cuando la concesionaria que gestionaba el Hospital de La Ribera dejó de prestar el servicio había 2.050 trabajadores y a 15 de noviembre de 2018 había 2.694 empleados. Diversas fuentes consultadas confirman que, a día de hoy, la plantilla es aún mayor.
SERVICIOS COLAPSADOS EN TRAUMATOLOGÍA
Otros datos significativos recogidos por Sanidad sobre el Hospital de la Ribera arrojan que los servicios de Traumatología y Ortopedia están colapsados, hay un 2.000% más de operaciones de prótesis de cadera y rodilla que se demoran más de 180 días, cuando hace un año no había ningún paciente que esperara ese tiempo. Además, quienes esperan para que les vea un especialista por una patología de hombro han aumentado un 200% en sólo 12 meses.
En Ginecología se vive un caso similar, porque las pacientes sufren una demora de 180 días para ser operadas. En sólo un año desde la reversión han aumentado un 20,83%. Es decir, casi la cuarta parte de las mujeres que necesitan ser operadas de una dolencia ginecológica deben esperar más de tres meses.
Pero en general, todas las listas de espera quirúrgicas han empeorado. Aunque no lleguen a esperar 180 días, las demoras en Otorrinolaringología han aumentado un 41,06%, pasando de 43 a 61 días; en Cirugía Pediátrica sube un 30,55%, de 42 a 55 días y en Neurología un 14,75%, pasando de 61 a 70 días.
La actividad en consultas se reduce en el Hospital de La Ribera y en casi todos los centros de salud del departamento. En el hospital baja un 3% y centros de Primaria como los de Carlet y Cullera un 16% y un 11% respectivamente, según aparece en la tabla comparativa de primeras consultas 2017-2018 que figura en el informe citado.
Por tanto, los problemas, según reflejan los datos reconocidos por la propia Conselleria de Sanidad, no se circunscriben sólo al Hospital de La Ribera. También la Atención Primaria del departamento de salud de La Ribera se ha visto afectada, y los centros de salud y de especialidades de La Ribera sufren las consecuencias de la reversión: Los pacientes que tienen que ser atendidos por un especialista esperan casi un mes para una consulta. La media en Sueca, por ejemplo, es de 29 días y en Alzira II, de 27 días.
Para ver a un ginecólogo en consulta en el Hospital de la Ribera la espera media es de 144 días; y para ser atendido por un neurólogo en Sueca, un paciente tiene que esperar casi tres meses (175 días).
101% DE OCUPACIÓN
Otro dato que demuestra cierto descontrol en la gestión del Hospital de La Ribera tras un año de la reversión es el índice de ocupación del centro. Se sitúa en el 101%, es decir, un 1% por encima del límite, lo que quiere decir que en el día a día el hospital está lleno. Esta saturación supone que, a poco que haya más pacientes que acudan al hospital (en picos como la gripe) el centro tiende a desbordarse. Como prueban las imágenes de este invierno, en las que se mostraban pacientes en los pasillos o habitaciones que eran individuales y en las que tuvieron que duplicarse y hasta triplicarse camas.
El problema, explican fuentes conocedoras del centro, es «un problema de organización, eficiencia y eficacia». Antes de la reversión, el índice de ocupación era del 98%, para dejar siempre un pequeño margen que permitiera «absorber» pacientes en épocas con picos de ingresos o asistencias en Urgencias.
Independientemente de los datos que aparecen en los informes de Sanidad a los que ha accedido EL MUNDO sobre la actividad en el departamento de Salud de La Ribera tras la reversión, existen otros problemas que se ha encontrado la Administración pública como consecuencia de la decisión de asumir la gestión sanitaria de La Ribera. Entre estos desajustes se hallan los retrasos en el pago de las extras y los incentivos son habituales -hasta nueve meses han tenido que esperar-, los MIR han denunciado también retrasos en el abono de las guardias y el comité de empresa ha denunciado en varias ocasiones presiones a los trabajadores para el cambio de horarios y planillas, casos de acoso y traslados forzosos.
Se debe recordar que, por primera vez, todos los sindicatos acordaron una movilización «contra los incumplimientos de la Conselleria de Sanidad» el pasado mes de diciembre y nadie se atreve a vaticinar un buen acuerdo en la negociación del próximo convenio colectivo. Saben que es imposible que la Administración mejore las condiciones salariales y las ventajas sociales para los trabajadores de La Ribera (medidas para la conciliación familiar o facilidades para la investigación y la publicación de estudios).
Durante este año se ha evidenciado un aumento en el gasto público que, según diferentes fuentes, podría superar los 50 millones de euros más sólo en el departamento de La Ribera. La Sindicatura de Cuentas ya ha valorado en tres informes que el ahorro de las concesiones ronda los 45 millones.
En el caso de La Ribera, la escasa de planificación de la reversión y el retraso en la convocatoria de concursos ha hecho, por ejemplo, que a día de hoy se compre material sanitario y algunos medicamentos hasta un 70% más caro que lo que lo hacía la anterior concesionaria, tal y como publicó este diario. Si además se tiene en cuenta el aumento de un 31% de la plantilla -o más, porque el último dato oficial sobre el personal es a 15 de noviembre-, posiblemente se superen los 50 millones de coste más.
Las quejas tras la reversión se han hecho extensivas también a los problemas de mantenimiento de las instalaciones y también al aparcamiento.
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